Sabines.

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Aconteceres vitales

domingo, 7 de septiembre de 2014

"Cuando descubrimos la palabra nos volvimos humanos..."

Hoy me descubro lucida ante el poder de las letras, al  mismo tiempo me encuentro ante la maravillosa necesidad de tomar mi triste y vieja libreta para volver a impregnar todo lo que en ningún otro sitio puede caber mejor.Todo lo que encierra la pequeña y enorme unidad mínima de la literatura es aquel alimento que nada más en esta vida es capaz de proporcionar.

El destino, la vida, la convicción pura, no sé, pero hace más de un año algo me trajo a descubrir a la unidad mínima del lenguaje en su mascara más abstracta( el fonema), llegué a la lingüística con los ojos cerrados y en este punto puedo decir que esta misma me ha  permitido ver más de lo que hubiera imaginado, me ha ampliado la mirada a horizontes realmente inimaginables.

Sin embargo, la otra mascara del lenguaje, que tiene el poder de encarnar la belleza del mundo, de funcionar como una enorme puerta a la imaginación, como estimulo original, como huella de la realidad y el hombre,como prueba de que la lengua escrita  es escultura de la mente, también robustece y alimenta el alma, esta mascara de la palabra se rehúsa a seducirme, y esta noche aquí sentada con lápiz y cuaderno en mano, sosegada,resignada, abrazada por el eterno y sensual poder de la palabra, inevitable, caigo en sus brazos.          

CAMUFLAJE PARA EL MIEDO

Estás atrapado en la celda de cobre que tú mismo cerraste con llave de fuego eterno, con los ojos serios intentando mostrarse indiferentes, aún así; escucho tu aullido funesto, percibo que te ahogas en la tormenta de intentos, en esa misma pared cansada que te mira derramar lágrimas sobre sus hombros; te estás quemando, en esa promesa implacable de sostener las proporciones del tiempo bien amarradas a tus labios, aunque se muera la raíz de tu verdad.
Siempre que estás al borde de soltar tu sinceridad te detiene de golpe el miedo y te paraliza el pulso, igual que un niño indefenso frente a un feroz animal, retrocedes. Y las razones para continuar fingiendo se van quebrando para convertirse en un mar de grietas donde poco a poco se va terminando el concreto para caminar, las puertas cierran de golpe: decesperadas azotan el viento y se acaban todas las escapatorias, lo sabes entonces, llego el momento de arrojar tu mascara protectora y salir de onírico juego de parálisis.
Objeto que encapsulas las emociones a tu antojo: te has reducido a cenizas dipersas y olvidadas en la superficie de un cenicero polvoriento y viejo, pronto llegarás a nada. Has soportado el peso de tu falsedad en la espalda. Tú: esclavo de caprichos bañados en pasiones ensangrentadas. 
Estoy a un paso de hacerte caer: espejo mítico de emociones vírgenes alojadas al fondo del vaivén de tus temores, sigo esperando un descuido para hundirte en el hilo de dolor constante que implica vivir con los brazos abiertos al peligro.
Me horroriza tu lucha: camino de arterias estrelladas en el castigo de callar.
Abismo que se trepa en las rendijas de tu escondite, saber que afuera la brisa del tiempo te rosará la piel con amabilidad es tan necesario como saber que también de desplomará en cualquier momento.
Tú salvación termina cuando la condena empieza.