Sabines.

Sabines.
Aconteceres vitales

martes, 4 de septiembre de 2012

Un relato compacto y poroso.

"Ya no sé qué pensar" decían mis lapices arrumbados y tristes sobre aquel viejo escritorio.
Mi manos quería dejar de latir 
las horas pretendía quedarse atrapadas en mis piernas; soberbias  y frías.
Con el transcurso de las noches las razones se iban cayendo a pedazos como el techo de una casa abandonada y hueca
derrumbándose   
quebrándose 
Todo lo que inocentemente llegué a fantasear, fue alejándose de mi cabeza  y cuerpo, tenía la certeza de que se iba lejos, a un lugar que constantemente imaginaba, pero jamás conseguía tener en mente una imagen concreta. 
Un parpadeo que permaneció fiel a mis deseos y aferrado a las convicciones más puras, todo aquéllo se nubló , y es por eso que varios días, semanas e incluso meses, las hojas de este melancólico cuadernillo, se quedaron mudas, pasmadas.

" Todo empezó en otra ciudad y en otra vida, anterior a esta de ahora pero posterior a aquélla.Por eso no puedo escribir esta historia como yo quisiera, como si todavía estuviera ahí y fuera sólo esa otra persona."

Hablo Luiselli, por mi.

Me gustaría ser más meticulosa y precisa para contar esta historia, sin embargo los recuerdos más sinceros que tengo, la verdad más tangible que conservo , me suena a una metáfora barata.Al cuento más rutinario y falso que he venido repasando en estos rincones, con razones infundadas. 
Me gustaría ordenar este rompecabezas, para luego desecharlo por fin.Empujarlo hacía otro mundo.
 Para empezar a narrar una historia vertical, de forma horizontal.
Para  escribirse desde afuera y entenderse desde adentro.

 Pero sobre todo, para cerrar con candado esta puerta, y empezar a recorrer otro pasillo, caminar en otro capitulo,volar por otros  suelos.

Es por ello, que ahora mis instintos me obligan a rozar con firmeza este teclado,a manipular de nuevo este lápiz, a depositar decididamente estás palabras.

A decirle y a decirme;     


Escribo hoy por el silencio, qué le han mutilado la boca y le han mordido la voz .
Te escribo para recordarte qué mis palabras aún tienen la sangre despierta y qué serán inmortales para ésta historia.