Sabines.

Sabines.
Aconteceres vitales

viernes, 8 de enero de 2016

Apagar las luces.


Hacerle sitio a las heridas.
Hallar el néctar del misterio. 

Romper con la suprema felicidad, y encontrarse  uno mismo en los escombros de la desmesura, del atroz complemento del amor, arrancarse las ataduras y buscarse desnudo en el infierno interior.

Allí, en la catástrofe.


Nos abandonamos ligeros a la destrucción, nos aventamos feroces a un abismo carente de fondo, retrocedemos

pero el ansia es más precisa y  nos alcanza.

En una suerte de orfandad compartimos el mismo hueco, coexistimos en este trozo de tiempo. 
Si tenemos que llegar a diluirnos en un instante del universo, ya habremos desafiado nuestras orillas obscuras, el ardor del milagro.





"Después de que nos vayamos 
quizás quede este hilo
uniendo nuestro sitios vacíos."
-R. Juarroz-